sábado, 6 de agosto de 2011

La Revolución Rusa y el comunismo

La Revolución Rusa y el comunismo

Si bien la Revolución Rusa se produce como consecuencia directa de la Primera Guerra Mundial, los demás factores que la posibilitaron se venían incubando por lo menos desde fines del siglo XIX.

Rusia, pese a abarcar uno de los territorios más extensos y ricos de Europa, se encontraba fuertemente atrasada en su economía, esencialmente agraria, con fuertes niveles de explotación de su población campesina, que además correspondía al grueso de sus habitantes. Por su parte, la actividad industrial era muy escasa, existiendo un proletariado pequeño pero activo. A este retraso económico se debe agregar un sistema político autocrático que no permitía ni la más escasa participación política, y una estructura social altamente estratificada donde la nobleza era el grupo absolutamente dominante.

A comienzos del siglo XX el sistema ruso recibe el primer golpe importante, materializado en la “revolución de 1905”, cuando el fracaso en la guerra contra Japón agudiza los conflictos existentes, levantándose la población organizándose en agrupaciones obreras (soviets) y exigiendo mejores condiciones de vida y reformas políticas, las que el zar se vio en la obligación de aceptar, como la creación del parlamento ruso conocido como Duma. Esta primera revolución fracasa, pero los elementos que la produjeron se mantendrían.

En 1917 la revolución estallaría definitivamente. A tres años de iniciada la Primera Guerra Mundial, la población, que tenía problemas para abastecerse de alimentos y combustible, se encontraba agotada, y el Zar Nicolás II no daba muestras de echar pie atrás. Por esto, en febrero de 1917 se produce una oleada de huelgas que echa abajo el gobierno del Zar, y en su lugar se instituye un Gobierno Provisional, encabezado por el partido Menchevique, que comete el error de continuar la guerra y no realizar las reformas sociales esperadas, especialmente la reforma agraria. En éstas circunstancias cobrará un peso absoluto Wladimir Ilich Uliánov, Lenin, quien a la cabeza de los bolcheviques, la fracción de izquierda del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, levantará la consigna “Pan, paz y tierra”, logrando un apoyo masivo de los soviet, asambleas de campesinos, militares y obreros, lo que le permite el 25 de octubre de 1917 desencadenar la Revolución Bolchevique luego de tomar el Palacio de Invierno. A partir de ese momento las consignas se convierten en hechos y se firma la paz con Alemania (Tratado de Brest - Litovsk), se inicia la reforma agraria y se nacionaliza el grueso de las actividades económicas, estableciéndose además el control obrero en las fábricas.

Con la Revolución Bolchevique se inicia la construcción del primer país socialista del mundo, debiendo enfrentar, en un primer momento, las agresiones de las potencias occidentales (Francia y Inglaterra, entre otras) y posteriormente un fuerte aislamiento, el cual no logra frenar la fuerza de la revolución, permitiéndole enfrentar no sólo la agresión alemana en la Segunda Guerra, sino que además convertirse, después de ésta, en una de las grandes potencias en torno a las cuales girará el mundo.

A los ciudadanos de Rusia:

El gobierno provisional ha sido depuesto. El poder del Estado ha pasado a manos del Soviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, del Comité Militar Revolucionario, que encabeza el proletariado y la guarnición de Petrogrado.
La causa por la cual lucha el pueblo: la propuesta inmediata de una paz democrática, la abolición de la propiedad de los terratenientes sobre la tierra, el control obrero sobre la producción y la creación de un gobierno soviético, está asegurada.
¡Viva la revolución de los obreros, soldados y campesinos¡

25 de octubre, a las 10 de la mañana. Proclama del Acceso al poder de los soviet, 7 de noviembre de 1917.
(Citado de “Historia Universal Educación Media”, Patricia Jiménez y otros.

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