sábado, 22 de octubre de 2011

LA EDAD MODERNA

La Época Moderna se caracteriza por el predominio de una nueva corriente de pensamiento que pone en el centro de sus preocupaciones al ser humano, en contraposición a las corrientes teístas que ponen a Dios o a varios dioses como centro de interés. La mirada cambia, se traslada desde Dios hacia el ser humano. Estamos hablando del humanismo.


El humanismo puede definirse como la dimensión intelectual del Renacimiento. Su nacimiento se ubica en Italia, en ciudades como Roma, Venecia y especialmente Florencia, desde donde se difundió hacia otros países de Europa, fundamentalmente los Países Bajos. Los humanistas quisieron dar respuestas a las interrogantes de su época recurriendo tanto al cristianismo como a la filosofía grecolatina, creando un sistema intelectual caracterizado por la supremacía del hombre sobre la naturaleza. Su intención fue la de desarrollar el espíritu crítico y la plena confianza en sus propias posibilidades.

Algunos de sus representantes fueron Gianozzo Manetti, Marcillo Ficino y Giovanni Picò della Mirandola, quien probablemente fue uno de los primeros en usar la palabra humanismo para caracterizar a este nuevo movimiento. En Florencia se crea una importante Academia con el apoyo de los Médicis, y surgen mecenas –personas con poder económico o político- que apoyaron, protegieron y recibieron en sus palacios a los nuevos creadores. Protegidos por los mecenas, muchos intelectuales y artistas pudieron materializar sus obras.

Otro de los pensadores humanistas importantes fue Erasmo de Rotterdam (1466-1536), autor de El Elogio de la Locura, Enquiridión, y Coloquios. Fue creador de una corriente denominada erasmismo, que se difundió por toda Europa y tuvo una duración de más de un siglo. Fue el mayor crítico de las estructuras de la iglesia del siglo XVI y muchos de sus discípulos se convirtieron al protestantismo. Abogó por mayor instrucción para el pueblo y por una piedad auténtica alejada de la superficialidad. Influyó en diferentes pensadores de su época, como por ejemplo, en el italiano Maquiavelo, autor de El Príncipe; el inglés Tomás Moro, autor de Utopía; el francés Montaigne y los españoles Luis Vives y Elio Antonio de Nebrija.

Una de las principales características de esta nueva mirada del mundo fue el individualismo. Una recuperación de la esencia humana considera al ser humano tanto en su aspecto espiritual como en su exterioridad, su relación con la naturaleza y su belleza. Se desarrolla su afán aventurero y el lujo y la riqueza como recompensa a su esfuerzo individual; los escritores escriben de lo humano y tienen la posibilidad de difundir sus ideas con la invención de la imprenta de tipos, que se llevó a cabo en Alemania por Gutemberg en 1440.

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