domingo, 1 de abril de 2012

PLAN DE ACCIÓN TUTORIAL: LOS VALORES: CONVIVENCIA


LA FAMILIA

1. Objetivo

Reflexionar sobre la familia y su integración en ella, asumiendo las funciones y tareas que les correspondan y contribuyendo así a la convivencia familiar.

2. Desarrollo de la actividad
2.1. Leer individualmente el texto: “LA FAMILIA”.
2.2. Trabajo de comprensión (por grupos y puesta en común):

• ¿Cuáles son las formas de la familia tradicional?

• ¿Cuál es la realidad actual de la familia y qué formas adopta?

• ¿Cómo valora hoy la gente la familia?

• ¿Qué funciones tenía la familia tradicional?

• ¿Qué factores sociales han condicionado los cambios de la estructura familiar?

• ¿Cuál será, en opinión de los sociólogos, la evolución de la familia?

• ¿Qué medidas políticas aplican los gobiernos respecto de la familia?

2.3. Trabajo vivencial: Haced grupos de cuatro o cinco y escenificad algún conflicto familiar. Cada uno de los integrantes ha de representar el papel de uno de los miembros de la familia. Intentad presentar diferentes modelos familiares.
2.4. Trabajo de compromiso (por grupos y posterior puesta en común):

• Elaborar seis normas de conducta que deberían respetar todos los miembros de la familia, para vivir una buena convivencia.
• Elaborar seis normas de conducta para los hijos en la vida familiar.

LA FAMILIA

“La familia es uno de los pocos fenómenos universales de la sociedad y es muy importante por las funciones que cumple tanto a favor del individuo como en beneficio de dicha sociedad. Desde el punto de vista de esta última, la familia se presenta como una institución mediadora entre el individuo y la colectividad, como un puente para que el individuo se incorpore a la vida social. Desde el punto de vista del individuo, la familia satisface sus necesidades...

La familia tradicional tenía unas funciones y unas formas de organización que garantizaban el orden social y la continuidad de sus valores:

– Valoración de la mujer como madre y del hombre como trabajador; consiguientemente, división del trabajo según el sexo: la mujer se encargaba de los hijos y de la casa y el hombre salía a trabajar para mantener a la familia.

– Apoyo a las generaciones: primero los padres a los hijos y después éstos a aquellos, apoyo del que se encargaba la mujer habida cuenta de su función de cuidadora. Había un deber de los hijos para con los padres.

– Valoración social muy alta de la estabilidad matrimonial, por cuanto no existía el divorcio.

– Consideración social por el papel socializado y educativo de la familia respecto de otras instituciones. Los hijos pasaron al primer plano.

– Valoración social muy elevada de la importancia de los hijos...

Esta familia tradicional satisfacía las necesidades del individuo de entonces.

Pero a partir de los años sesenta, esta familia tradicional se vio cuestionada, se convirtió en objeto de críticas, rechazo y contestación por parte de los individuos porque era un obstáculo para su felicidad. El individuo ya no estaba satisfecho con su familia porque ya no daba respuesta a sus necesidades.

Diferentes factores sociales contribuyen a esta contestación de la familia, porque la sociedad estaba cambiando y los valores y las actitudes se estaban modificando. Estos factores sociales fueron:

– La incorporación de la mujer al mundo del trabajo, lo cual hizo que cambiara su papel en la familia.

– Extensión de los diferentes métodos de planificación familiar, lo cual supuso el poder decidir el momento y el número de hijos. El sexo y la procreación quedaron disociadas.

– Individualización del matrimonio. Ahora la pareja puede decidir voluntariamente no tener hijos porque el matrimonio se emancipa de la familia: el matrimonio no tiene como consecuencia los hijos. La pareja pasa a primer plano.

– Traspaso de la función educativa, socializadora y de cuidado de la familia a otras instituciones: guarderías, centros para adolescentes o para personas de la tercera edad, etc.

– Introducción y liberalización del divorcio.

Hoy en día, para el individuo, la familia vuelve a tener su función: la satisfacción de sus necesidades. La familia actual vuelve a ser un lugar satisfactorio para las personas, la familia es valorada: no se rechaza ni el matrimonio ni la posibilidad de tener hijos. Pero su significado ha cambiado. Las personas se casan ahora para ser felices, la unión se basa en el amor y la disolución del matrimonio, el divorcio, ya no se concibe como una atentado contra esta institución, porque se reconoce que el amor se puede acabar. Esto no significa que no haya sentimientos de fracaso, malestar, recriminaciones entre los cónyuges y consecuencias para los hijos. De lo que se trata es de rectificar un error y el divorcio aparece como la consecuencia de una situación que llega a ser insoportable. La importancia de la familia ya no radica en los hijos sino en la pareja. Los hijos ‘se programan’ y todo esto ha hecho que la fecundidad de las parejas haya descendido hasta llegar a uno o máximo dos hijos, de forma que es muy difícil el reemplazo generacional...

De la realidad actual de la familia podría pensarse que su situación es incierta, pero lo que hace la familia es adaptarse, como ya hizo en otros períodos de la historia. Parece que ahora estamos entrando en una época de estabilidad a fin de que la sociedad pueda integrar todo lo que hemos aprendido en el pasado reciente, por más que aparezcan problemas nuevos y antiguos, que afectan a la familia, como, por ejemplo, el cuidado de los mayores, tarea que ha sido traspasada del ámbito familiar al social y que ahora la sociedad no puede admitir”.

Montse FREIXA, La familia. La bolsa de los valores.

Materiales para una ética ciudadana





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